Una pérdida que nos une

   En nuestra vida hay acontecimientos que nos marcan por completo, nos enfrían totalmente, debilitan y nos cambian de manera radical. Todo esto lo he vivido y he sido testigo de una de las historias que más han marcado al fútbol español.

    Un 24 de junio del año 2012, Miki Roqué, una de las figuras más célebres del Real Betis Balompié nos dejó, arrancando una parte de nuestro corazón verdiblanco. Miki fué uno de los mejores centrales que ha conocido el Betis a lo largo de su historia, su estilo de fútbol junto con su gran personalidad brillaba en los días de partido. Allá por donde pasaba, dejaba huella, disfrutaba y nos hacía disfrutar a los béticos de nuestra pasión por el fútbol. Un tumor maligno en la pelvis provocó que en marzo de 2011 dejara temporalmente su locura por este deporte, que desgraciadamente tras una dura operación acabó con su vida. Los que le conocíamos no pudimos aguantar las lágrimas al conocer la noticia. Todos los clubes de España así como la misma Selección Española, apoyaron a Miki y a todos sus familiares con la finalidad de aliviar el constante sufrimiento de un jugador que nunca dejó de luchar.

   La muerte de Antonio Puerta en 2007 dejó también una gran cicatriz en el mundo del fútbol español. Antonio militó en el Sevilla FC, club rival de Miki Roqué. Ambas pérdidas tan inesperadas hicieron que la rivalidad histórica entre ambos clubes quedara a un lado, solidarizándose con los jugadores fallecidos.

   En los partidos, en cada minuto 26,  más de 50.000 aficionados cantamos gritando al cielo su nombre, sabiendo que él  nos escucha desde el cielo y que nos espera con los brazos abiertos transmitiéndonos esa gran pasión por un deporte que nos une y que nunca abandona.

 Gonzalo Cámara Echevarría.

  

 

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